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Edwards regresa con una victoria por DT ante Curiel.


PHOENIX – El británico Sunny Edwards se las arregló con su velocidad de manos y destreza boxística, para asegurarse una merecida victoria por decisión técnica ante el mexicano Adrian Curiel y quedó en la antesala de una nueva oportunidad titular.

Y así fue. Edwards regresó de su primera derrota, la pérdida del título de peso mosca en diciembre ante el peleador estelar Jesse «Bam» Rodriguez, y se impuso por decisión unánime sobre el ex campeón mundial minimosca Adrian Curiel, 90-82, 88-84, 87-85.

El combate fue detenido antes del noveno asalto cuando el médico del ringside ordenó al árbitro Mark Nelson terminar la pelea debido al flujo excesivo de sangre en el ojo derecho de Edwards, cortado por un choque accidental de cabezas en el sexto asalto.

Mientras la multitud, estimada cerca de 10,000 personas, abucheaba, Edwards (21-1) permanecía perplejo, sintiendo que había ofrecido una clase magistral de boxeo sin recibir la apreciación de los seguidores de Curiel. 

Antes del drama con el corte, parecía que Edwards estaba redimiéndose completamente en el mismo estado donde había perdido su cinturón ante Rodriguez en diciembre por detención en el noveno asalto.

Durante los primeros tres rounds, fue evidente que Edwards tenía la ventaja en velocidad y era el boxeador más sofisticado, dejando pocas opciones para el peleador que solo había conseguido cinco nocauts en sus primeras 30 peleas.


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De manera similar, Curiel llegó aquí directamente después de perder su cinturón de la FIB minimosca en México ante Sivenathi Nontshinga de Sudáfrica por TKO en el décimo asalto el 16 de febrero.

Edwards no necesitó comprometerse, conectando un golpe rápido en un quiebre del árbitro y luego conversando con Curiel hasta que sonó la campana para terminar el cuarto round, obligando al árbitro a separar a la pareja que se enfrentaba verbalmente.

Mientras Curiel se cubría, Edwards jabeaba y encontraba aperturas al cuerpo y con un uppercut a través de la guardia en el quinto round.

Curiel intentó obtener apoyo vocal de la multitud, pero no pudo encontrar a Edwards con su boxeo evasivo y de contragolpe.

Cuando acorraló a Edwards contra las cuerdas en el sexto round, la cabeza de Curiel se adelantó y colisionó violentamente con la frente de Edwards, abriendo una fea herida que dejaba salir un flujo intenso de sangre.

Ahora había aún más razones para que Edwards evitara el intercambio, y aunque su visión en el ojo derecho se vio afectada por el sangrado, continuó boxeando hasta que el referí atendiendo las indicaciones del medico suspendió el combate para ir a las tarjetas.


Edwards regresa con una victoria por DT ante Curiel.


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