Hace más de mil años nació en un planeta de esperanzas un niño humilde que iba a marcar por los siglos de los siglos, el alma de los hombres y mujeres de buena voluntad.
En ese humilde pesebre, María y José recibieron a Jesús, el hijo de Dios que nos trajo su Camino, Verdad y Vida hoy más vigente que nunca en un mundo turbulento sacudido en sus cimentos por un agresivo virus que lo puso a prueba.
El humilde pesebre que nos trajo a Jesús
Hoy miles de años después, la esperanza se renueva, la ilusión crece y la reflexión nos obliga a ser mejores seres humanos por dentro y por fuera.
En estas horas de Nochebuena y víspera de Navidad renovamos nuestro anhelo por un mundo más justo donde reine el Camino, la Verdad y la Vida que nos enseña cada día ese niño que se hizo hombre, el hijo del Dios Supremo.
Como amantes del boxeo resaltamos hoy la nobleza del deporte que permite el crecimiento personal y la oportunidad de un futuro distinto y ejemplar lejos de vicios y de carencias.
El boxeo es nobleza, es arte y es pasión.
El mejor ejemplo de lo humano de esta actividad lo vemos en cada combate donde siempre hay un abrazo afectuoso entre quienes minutos antes se fajaron por la victoria.
Nobleza porque nos regala la verídica historia de un héroe, Billy Miske que prefirió perder su vida anticipadamente para darle una bonita Navidad y una vida estable a su familia.
Así es esta familia del boxeo llena de hombres y mujeres buenas y nobles. Gente de buena voluntad.
Hoy, en estas fiestas navideñas en medio de una pandemia que nos ha exigido al máximo, renovamos nuestra fe y nuestras creencias para unirnos en torno al hecho más trascendente del mundo, el nacimiento de Jesús.
En nombre de la Junta Directiva de Boxeo Plus, de nuestros colaboradores y aliados expresamos nuestros más fervientes deseos por unas felices fiestas.
Pedimos al Dios Supremo por el bienestar de cada uno de los miembros de esta gran familia del boxeo mundial.