Los detractores del boxeo deberían retractarse. Errar es de humanos. Lo ocurrido entre Román “Chocolatito” González y Juan Francisco “Gallo” Estrada demuestra que el boxeo está más vivo que nunca.
Un combate donde hubo más de 2 mil golpes, emoción y adrenalina fortalece la imagen de un deporte, que con altos y bajos es uno de los más antiguos y populares en todo el mundo.
Si alguien no disfrutó este combate sencillamente no tiene sangre en las venas. Fueron 48 minutos de adrenalina pura. Mucho más de lo que dura el mejor de los combates de las Artes Marciales Mixtas.
Eso fue un solo programa, pero si damos breve marcha atrás encontraremos que el 2020 nos dejó peleas impactantes como la protagonizada entre José “Chon” Zepeda e Ivan Baranchyk, de los mejores del último tiempo. O lo ocurrido entre Dillian Whyte y Alexander Povetkin y sin ir muy lejos la gran pelea que protagonizaron los invictos Joe Joyce y Daniel Dubois y lo explosivo que fue el combate entre Gervonta Davis y Leo Santa Cruz.
Lamentablemente la gente se queda con lo discreto y prefiere darle más relevancia a lo ocurrido entre Canelo Álvarez y Avni Yildirim, que, como toda regla, tiene su excepción.
Difícilmente otro deporte tenga tanta actividad como el boxeo. Incluso más que las Artes Marciales Mixtas que tiene la gran particularidad de que en un 90% sus combates son competitivos.
El futbol, básquet y beisbol, tan populares como el boxeo son deportes estacionarios que se desenvuelven exitosamente de acuerdo con sus temporadas mientras que el boxeo tiene actividad todas las semanas del año, incluyendo fechas emblemáticas como el último día del año.
Muchos añoran con razón aquellas épocas del pasado, pero el presente también está haciendo lo suyo.
Hoy las plataformas digitales y la nueva realidad permiten que la gente conozca de cerca la gran cantidad de boxeadores que existen a pesar de la multiplicidad de pesos y campeones en las diferentes categorías.
Mientras el boxeo sea competitivo seguirá siendo un deporte de primer nivel.