•Rocco Barbella, era un joven marginado al que el boxeo tendió un guante permitiéndole recuperarse socialmente. Campeón del mundo de los pesos medios, su vida se convirtió en película en la persona de Paul Newman. En su madurez, trocó su carrera pugilística por la televisión con singular éxito. La muerte le noqueó en su Nueva York natal a los 71 años.
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TERESA AMIGUET / LAVANGUARDIA.COM.-
El nombre de Rocky evoca en todos nosotros la figura de Sylvester Stallone en su papel del irreductible boxeador de ficción Rocky Balboa. Pero el verdadero Rocky fue otro, Thomas Rocco Barbella o, como era más conocido, Rocky Graziano.
Este auténtico Rocky fue el boxeador made in New York que, a finales de los 40, había logrado golpe a golpe hacerse un nombre como pugilista en los rings y alzarse con el título de campeón mundial de los pesos medios. En 1956, Paul Newman protagonizaría magistralmente un film biográfico premiado con varios Oscar.
Esta es su historia: Hijo de un estibador ocasional, ex boxeador de tercera categoría, que gustaba de calzar sus ya abandonados guantes en las manos de sus hijos, el pequeño Rocco se inició en el ring familiar a los tres años. Instado por su progenitor se enfrentaba a su rival, su hermano mayor Joe, mucho más alto y robusto, noche sí y noche no.
Con semejantes precedentes, el aprendiz de luchador no tardó en mostrar su vena rebelde. Sus padres, incapaces de apechugar con toda la prole, optaron por enviarlo a vivir con sus abuelos.
A los 12 años, Rocky y su ‘banda’ de amigos son capturados durante el robo de una máquina tragaperras. Su amigo de la infancia, el también campeón de pesos medios Jake LaMotta, lo definiría muy bien: ‘Fuimos los primeros delincuentes juveniles’.
En 1939, un amigo lleva a Rocky a un gimnasio de Stillman, en Nueva York, confiando en que así aprenda a canalizar su agresividad en actividades más útiles.
«Rocky era lo que debería ser un luchador. Era duro, sabía golpear como una mula y tenía todas las agallas del mundo».
Vito Antuofermo.
El talento innato para la lucha del púgil no tardará en mostrarse, Rocco se hace con el título de peso welter de la competición metropolitana de Nueva York. Poco aferrado a los símbolos, enseguida empeña la medalla obtenida por 15 dólares. Había nacido un héroe del cuadrilátero.
Tras pasar gran parte de su adolescencia en reformatorios, es reclutado por el ejército de Estados Unidos en 1942. Pero la disciplina no casa con su talante indómito. Tras ausentarse sin permiso varias veces y atacar a su capitán, es internado durante siete meses en la prisión federal de Kansas y dado de baja deshonrosamente del ejército el 29 de abril de 1943.
Marciano, el verdadero Rocky
Rocky Marciano impacta en Ezzard Charles en junio de 1954. Foto: AP
En 1947, tras verse implicado en sórdidos presuntos tongos, llegando a ser suspendido por el estado de Nueva York, logra vencer por K.O. a su paisano Tony Zale. El combate, disputado en Chicago, es sangriento. En el sexto round, Rocky descarga sin compasión unos certeros derechazos que obligan al árbitro a detener la pelea. Rocky se convierte en el nuevo flamante campeón mundial de pesos medios.
Un año más tarde la suerte le abandona y pierde el título ante el mismo rival. En 1952 intenta recuperar la corona, pero el entonces imbatible, ‘Sugar’ Ray Robinson lo deja fuera de combate en tres asaltos. ‘Me he enfrentado a muchos combatientes difíciles en mi carrera, pero Rocky ha sido sin duda el más duro’, confesaría el campeón.
En los once años de su carrera deportiva, Graziano cosecha 67 victorias en 83 combates. 52 de sus victorias son obtenidas por K.O., un notable palmarés.
Pero al púgil le quedaban aún muchos años por delante. La vida no se acababa en el ring. En 1956 se publica su autobiografía, Somebody up there likes me, (Hay alguien allí arriba a quien le gusto), que se convierte en un best seller en Estados Unidos. Ese mismo año el director Robert Wise atina en llevarla al cine cosechando dos Oscar. La trágica muerte de James Dean, que iba a interpretar a Rocky, da la alternativa a Paul Newman, que se consagra como actor en el papel del ya celebérrimo púgil.
En su madurez, Rocky bebe de las fuentes del éxito apareciendo frecuentemente en televisión en compañía de la actriz Martha Raye, a la par que protagoniza anuncios publicitarios de productos tan diversos como yogures, automóviles e incluso comida para perros.
En 1971, es elegido miembro del Salón de la Fama del Boxeo. En abril de 1990 el boxeador sufre un derrame cerebral que le pone contra las cuerdas. Un mes después, el 22 de mayo, la muerte noquea al púgil. Contaba 71 años.