El indiscutible número uno y tres veces campeón en categorías diferentes, Naoya Inoue afirma que aún no está satisfecho con su boxeo porque todavía tiene mucho espacio para mejorar.
Sin poses, humilde, de poco hablar, el “Monstruo” japonés que viene de aniquilar a su último rival el pasado sábado, el filipino Michael Dasmarinas en defensa de sus fajas de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Federación Internacional de Boxeo (FIB), asegura que aún no ha enseñado todas sus virtudes y siempre deja espacios para perfeccionar su técnica.
A los 28 años Inoue ya tiene en su poder tres títulos mundiales en categorías diferentes y ha quedado a la expectativa para otro combate élite entre el ganador de unificatorio entre Nonito Donaire y John Riel Casimero, de manera que se avizora otro filipino en su camino.
Ante Donaire, Naoya demostró que también puede boxear y que no todo se gana por nocaut. Fue su combate más difícil e incluso salió con el hueso orbital de su ojo izquierdo fracturado.
«No es que siempre vaya a noquear a mis oponentes. También quiero mostrar ese tipo de pelea, pero no creo que de eso se trate el boxeo. Quiero mostrar todas mis técnicas y habilidades» .
El pasado sábado admitió que volver a pelear con Donaire sería una pelea muy dura.
El número uno del boxeo nació un 10 de abril de 1993 en Zama, en la prefectura de Kanagaway y se crió junto a un hermano menor, Takuma que también es boxeador y su hermana Haruka Sesa.
Sus padres han sido influyentes en su vida, pero como boxeador, su padre Shigo Inoue, que lo ha entrenado en el deporte, ocupa el lugar central.
Naoya es casado y tiene dos hijos y no desea que estos practiquen boxeo porque “es un deporte muy duro”.
Con su proverbial humildad, señala que aún no está satisfecho con su propio boxeo.
“Es por eso que puedo mantenerme motivado para ser más fuerte. Todavía no estoy satisfecho con mi boxeo y mi carrera y todavía tengo espacio para mejorar. Soy cauteloso para no tener demasiada confianza”.
Naoya se ha mudado a Las Vegas porque ha sido lo más conveniente para su carrera.
«Al continuar ganando no solo en Japón, sino también en Las Vegas, la capital mundial del boxeo, quiero recibir reconocimiento mundial. Ese es mi objetivo».
Considera que el combate que sostuvo con Nonito Donaire fue un verdadero aprendizaje
«Recuerdo cada movimiento de Donaire y vi ese momento en que recibí el golpe. Lo recuerdo todo claramente. Pude conocer mis límites a través de esa pelea. Solía pensar que era un buen recibidor de puños, pero nunca había estado en ese tipo de situación, así que creo que pude aprender mucho más sobre mí. Creo que pude demostrar mi dureza», recordó
«Si yo mismo puedo disfrutar de la pelea, los espectadores también deberían poder disfrutarla. Quiero aumentar el disfrute mostrando mis habilidades, técnicas y golpes de poder», expresa pensando en un segundo combate con Donaire.