Joe Frazier…una historia…una leyenda.
Joaquín Grasso /TyC Sports.-
Integrante de una familia numerosa, Joe Frazier conoció los rigores de la pobreza desde pequeño en Beaufort, Carolina del Sur, Estados Unidos. Abandonó los estudios y se dedicó a trabajar.
A los 16 años ingresó por primera vez a un gimnasio de boxeo con el objetivo de bajar de peso, sin imaginarse lo que lograría tiempo después en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y a lo largo de su carrera profesional.
El joven Joe mostró aptitudes naturales, entusiasmo por aprender y un estilo agresivo. Por su contracción al trabajo lo llamaron «Smokin´Joe». Al finalizar los entrenamientos “sus guantes echan humo”, decían sus compañeros.
Ganó el torneo Golden Gloves en tres oportunidades, 1962, 1963 y 1964, y se perfilaba como promesa de los pesos pesados. Sin embargo, Buster Mathis lo derrotó por decisión en las pruebas para acceder a los Juegos Olímpicos Tokio 1964.
Mathis neutralizó a Frazier manteniendo la distancia con un jab de izquierda inquieto y preciso, caminando el ring y desestabilizándolo en la corta distancia, a partir de su mayor envergadura. Frazier y Mathis volverían a encontrarse sobre un ring.
Frazier fue como suplente a Tokio 1964
Fue parte de la delegación olímpica como suplente. Una lesión en los nudillos de Mathis, en las semanas previas a la competencia, le abrió el camino para participar en el máximo evento. En Tokio realizó tres peleas antes de llegar a la final, todas victorias antes del límite: contra el ugandés George Oywello, el australiano Athol Mc Queen (lo derribó en el primer asalto y sufrió un martirio antes de caer en el tercero) y el soviético Vadim Yemelianov.
En el combate con Yemelianov sufrió una lesión en el pulgar de la mano izquierda. El temor a quedar fuera de los Juegos Olímpicos lo llevó a ocultarla hasta después de la final, cuando una placa radiográfica mostraría la fractura. Sin poder utilizar su puño izquierdo en plenitud, venció al alemán Hans Huber por decisión del jurado (3-2) y se colgó la medalla de oro.
Desde su días de amateur mostró que estaba predestinado para grandes cosas en el boxeo.
La noche en que Frazier tambaleó ante Bonavena
Las necesidades económicas y el prestigio obtenido con la presea dorada impulsaron a Frazier, con un récord amateur de 38 victorias y dos derrotas, hacia el profesionalismo.
Debutó en 1965 y consiguió 11 triunfos consecutivos por la vía rápida hasta el enfrentamiento con el argentino Oscar «Ringo» Bonavena, quien le provocó dos caídas epero finalmente lo venció por decisión dividida.
PUEDES LEER:
Joe Frazier…una historia…una leyenda.
Frazier vs. Mathis, la revancha
En 1968, Muhammad Ali es despojado del título de campeón mundial peso pesado por su oposición a la guerra de Vietnam. El título queda vacante.
El mismo año, la Comisión de Boxeo de Nueva York pone en disputa un campeonato mundial. Frazier va a enfrentarse a un viejo conocido, Buster Mathis.
¿Pensaría Mathis que la medalla de oro le hubiese pertenecido de no haberle jugado el destino una mala pasada?
¿Se sentiría pleno Frazier al pensar que su participación en Tokio se vio favorecida por la lesión de su oponente? Las cuestiones pendientes entre ambos pronto iban a develarse.
Los dos llegan invictos al compromiso. Las diferencias de talla siguen siendo notorias, pero Frazier ha pulido su estilo, ha ordenado su agresividad, ya no persigue a sus rivales en línea recta; cierra con pasos cortos las salidas laterales, el movimiento pendular de su torso y la flexión de sus rodillas le permiten hacer pasar los golpes y alcanzar la distancia para combinar al cuerpo y a la cabeza.
Su ataque es constante y su confianza en la victoria lo lleva, en algunas ocasiones, a caminar por campo minado.
El rincón de Mathis planificó una pelea a larga distancia. Molestarlo con el jab, descargarle la derecha en directo o en uppercut cuando Frazier avance, salir, caminar el ring, no entrar en intercambio de golpes; impedirle la pelea corta, trabarlo, hacerle sentir el peso de su cuerpo en el clinch, frustrarlo.
Al inicio del round once Frazier lleva claras ventajas. La traslación de Mathis es lenta, sus puños han perdido potencia, en el pantalón tiene una mancha de sangre, no puede salir del asedio y del vértigo que Frazier le ha impuesto.
Están en el centro del ring, intercambian golpes al cuerpo, se separan. Frazier va a terminar su trabajo con una definición impecable.
Lanza dos uppercuts perfectamente sincronizados. El de derecha roza los antebrazos de su rival, se filtra entre la guardia e impacta en el mentón; el de izquierda es un silbido corto que choca con la mandíbula. Mathis se derrumba, sus ojos miran de manera oblicua las luces del ring, el brazo izquierdo extendido hacia atrás, la pierna derecha recogida. Se levanta, las cuerdas lo mantienen vertical.
El árbitro detiene la pelea. Frazier salta y ríe y corre por el ring. Es el nuevo campeón del mundo. Los espectros de Tokio huyen hacia el futuro.
Su título, más allá de la alegría, no cuenta con el reconocimiento de las dos entidades más importantes, CMB y AMB. Frazier sabe que para convertirse en un auténtico campeón deberá enfrentar y vencer al rey despojado, Muhammad Ali.
Lleva adelante gestiones ante Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, pidiendo por el levantamiento de la sanción y ayuda económicamente a Ali, que volvería a pelear en 1970.
En 1971, Frazier derrota en cinco asaltos a Jimmy Ellis y obtiene los títulos CMB y AMB.
Joe Frazier…una historia…una leyenda.
Frazier vs. Ali, tres históricos
El duelo con Ali fue de los más importantes de la historia del boxeo. El primer enfrentamiento se realizó en 1971, promocionado como “la pelea del siglo”. Los dos llegaban invictos. El combate fue de gran intensidad y de alternativas cambiantes. Ali fue superior en el primer tercio, Frazier en el segundo, sucediéndose bloques de dominio alternativo de uno y de otro.
Ingresan al round 15 en paridad, ambos lucen cansados pero la acción no declina. Frazier parece tener más resto que Ali, pero esto no quiere decir mucho, Ali ha demostrado capacidad para sobreponerse a los golpes, al cansancio y a los ahogos. Salen del clinch, Frazier va a tirar un golpe y recoge el brazo, cierra la guardia, esconde el mentón en el pecho, flexiona levemente las rodillas, la postura indica que va a avanzar para golpear las zonas bajas.
Ali, demasiado erguido, se prepara para recibirlo con un uppercut de derecha pero el golpe ve interrumpida su trayectoria porque Frazier se ha impulsado como un felino, ejecutando un golpe de mano izquierda acompañado con la rotación del torso, de afuera hacia adentro, que estalla en la mandíbula. Los flashes se disparan sobre el ring congelando la caída, la pierna en el aire, la espalda que busca la lona.
La mirada de Ali está vacía, la cabeza inclinada hacia un costado, en la boca tiene dibujada una mueca. Ali se incorpora y resiste con coraje los últimos embates. No hay dudas en la afición ni en las tarjetas. Joe Frazier es el ganador por decisión unánime y retiene sus títulos.
Una de las tres con Ali. La saga imborrable en la memoria de los fanáticos del boxeo.
Joe Frazier…una historia…una leyenda.
La revancha se llevó a cabo en enero de 1974 y no estuvieron en disputa los títulos mundiales, debido a que Frazier los había perdido frente a George Foreman el año anterior. Ali lo venció en diez asaltos, por decisión unánime y, en octubre de 1974, derrotó por nocaut a Foreman y recuperó la corona.
El final de la trilogía tuvo sede en Filipinas, en 1975, y fue denominada “The Thrilla in Manila”. Es considerada por gran parte de la crítica pugilística como la mejor pelea de la historia del boxeo moderno.
La contienda ha sido un infierno de golpes y los contrincantes han vaciado sus energías sobre el ring. El calor es agobiante. Exhaustos, Frazier y Ali, se dejan caer en los banquitos al finalizar el round 14. Ali balbucea y su cabeza se mueve de izquierda a derecha. Frazier está aturdido, tiene sangre en la boca y la visión disminuida producto de los golpes.
Ali pide que le corten los guantes, le duelen los puños, la pelea terminó para él. Eddie Futch, entrenador de Frazier, le propone a su pupilo el abandono. Éste se niega. Ali no quiere salir. Futch se arrima al oído de su pupilo y le dice: “Nadie va a olvidarse lo que hiciste esta noche”. Frazier asiente, cede. Angelo Dundee, entrenador de Ali, atento a lo que sucede en la otra esquina, lo incita a Ali levantarse. Futch le comunica al árbitro que Frazier no va a salir a la última vuelta. Ali es declarado vencedor y se desvanece en el ring.
Al calendario siguiente, Frazier buscaría revancha contra Foreman y perdería nuevamente por la vía rápida. Permaneció inactivo hasta 1981, cuando reapareció y empató con Floyd Cummings.
Fue la última de sus 37 peleas de manera profesional: 32 victorias (27 kos), cuatro derrotas y un empate. Sus años finales los pasó entrenando boxeadores en una zona pobre de Filadelfia y viviendo en un departamento facilitado por un admirador.
Falleció el 8 de noviembre de 2011, víctima de un cáncer de hígado.
Juege fácil y seguro: http://latinbet.bet
Joe Frazier…una historia…una leyenda.