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¿Qué hubiese pasado ante Spence?.

Jairo Cuba / Editor de boxeoplus.com


Manny Pacquiao es una leyenda del boxeo. Un seguro miembro del Salón de la Fama del Boxeo, probablemente uno de los mejores y más excitantes púgiles de las dos últimas décadas.

Campeón en seis divisiones distintas  y ocho títulos, sin lugar a dudas ocupará un lugar muy especial en el Top Ten de todos los tiempos, pero tras su digna derrota ante Yordenis Ugás el sábado en Las Vegas, cabe la pregunta.

¿Qué hubiese pasado si el rival era Spence?

No hay dudas que Pacquiao ha demostrado condiciones envidiables para mantenerse vigente en el boxeo, pero tampoco las hay sobre el paso implacable del tiempo que anoche le pasó factura en la que probablemente sea su última pelea.

Eso esperamos.


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Un Manny Pacquiao con un gran sentido de responsabilidad y en buen estado físico intentó vencer al paso del tiempo, pero no pudo. Su rival se lo impidió. Lo leyó bien. Entendió sin equívocos que mantiéndolo a distancia, sacándolo de su zona de confort era suficiente para impedir que el filipino tuviera otra noche de gloria como ocurrió ante Keith Thurman.

El multicampeón campeón intentó su ataque por ráfagas, pegar y salir, pero ya no hay piernas ni reflejos, de manera que lo más aconsejable era la prudencia y esperar las equivocaciones de Ugas que nunca ocurrieron ante una esquina atenta. Pararse frontal ante Ugás constituyó en blanco fijo de la derecha.


Lo que ofreció Pacquiao el sábado ante Ugás es sencillamente su techo. No hay más nada.


Y en esas mismas condiciones iba a enfrentar a Erroll Spence, un rival con más recurso y un nivel superior que Ugás.

Frente a Spence probablemente el maravilloso Pacman hubiese tenido un retiro deshonroso e indeseable.

Un Pacquiao sin reflejos ni movilidad de piernas hubiese sido presa fácil del habilidoso Spence, con mayor fuerza en los nudillos y con un boxeo más depurado que el talentoso Ugás.

No hay que demeritar el triunfo de Ugás porque Pacquiao no fue fácil. Perdió un combate disputado. Siempre representó peligro y a eso el entrenador Ismael Salas estuvo atento para mantenerlo en foco.

El filipino exhibió su mejor versión de este tiempo, pero ya sus reflejos no son los mismos y el tiempo demuestra que nadie es infalible. Es la pura y la cruda verdad y es un llamado de atención a quienes creen que pueden regresar al boxeo con éxito.

No pudo Pacquiao que es un atleta a carta cabal, muchos menos podrán otros.

Por ahora el boxeo agradece que el rival del sábado haya sido Yordenis Ugás y no Erroll Spence.


¿Qué hubiese pasado ante Spence?


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