A lo largo de la historia la imagen de la mujer ha sido sexualizada de mil maneras. Una de las formas más comunes en las que hemos podido ver esto, es a través de la publicidad y venta, ya sea convencional o digital, en las que se transmiten mensajes donde se presentan roles de género muy evidentes.
Este tipo de publicidad genera ruido en el público, convirtiéndose en viral dentro de las redes sociales. Muchas mujeres han utilizado esto, para alzar su voz y demostrar que no sólo son una cara bonita.
Un ejemplo claro es la boxeadora profesional Mia St John, quien fue portada de la revista Playboy en 1999. Este suceso creó conmoción pública, dándola a conocer más. Ella ha demostrado que esto no la define y defiende el hecho de ella es dueña de su cuerpo y puede expresarse y hacer con él, lo que ella decida y que más allá de ser la mujer bella de la portada, ella es una mujer fuerte y empoderada.
Mia St John concluyó su carrera con (49-14-2, 19 KOs). Fue campeona del mundo cinco veces.
A fuera del ring también ha demostrado de qué está hecha. Además, Mia, ha recorrido y superado grandes obstáculos a lo largo de su vida, como la muerte tragica de su hijo, Julian, y sus batallas para alcanzar el éxito, sucesos que ha compartido en su libro “Fighting for my life”, donde platica de una forma abierta todas las batallas que ha enfrentado, siendo el enfoque el camino que tuvo que recorrer ante los problemas de salud mental de su hijo, seguida por el duelo de su muerte.
También partiendo de este suceso, el cual podría ser definido como su batalla más fuerte, Mia St John encontró su verdadero propósito. El cual es luchar por la salud mental y prevención del suicidio; ella comentó sobre su hijo, “era la luz de mi vida y seguiré luchando por la salud mental hasta que tome mi último aliento”.
Por ello que ha buscado generar conciencia sobre este tema, a través de su propia fundación “El saber es poder”, llegando a ser nombrada por el canal de televisión CNN como “La Guerrera de la Salud Mental”.
Mia St John, nos ha demostrado y ha sido un ejemplo para cada mujer, del poder que tenemos. Que somos mucho más que lo que han hecho creer los roles de género y estereotipos.