Berlanga demostró que está muy lejos de la élite.
El newyorican Edgar Berlanga demostró en Nueva York que está muy lejos de la élite de su división. O como dijo satíricamente el comentarista de ESPN, Julius Julianis, «lejos de sentarse a comer con los mayores», tras la opaca victoria obtenida ante el colombiano Alexis Roamer Angulo este sábado, victoria por puntos que le permitió conservar su invicto NABO del peso supermediano, que reconoce la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
Berlanga se vio irresoluto e incoherente frente a un rival que no ofreció mayor cosa que la sobrevivencia y que se dio el lujo de complicarles en varios rounds demostrando las evidentes falencias estratégicas del de la casa.
El peleador boricua nunca presionó a su rival de 38 años que quedó en (27-3 y 23), y que más bien parecía una cotidiana sesión de guanteo, fue Angulo quien conectó los golpes más sólidos, especialmente con su upper.
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Angulo salió a hacer su trabajo ante un Berlanga extraviado sin nada más que ofrecer, salvo su favoritismo y la expectativa en el día de la Parada Boricua en Nueva York.
Berlanga, quien conquistó sus primeras 16 victorias por nocaut en el primer asalto, pareció perder la pólvora, pues en sus últimas peleas ha dejado mucho que desear. No solo por el hecho de no terminar sus combates antes del límite sino por la precariedad boxística que ha exhibido antes sus recientes cuatro rivales. Todos lo han hecho pasar trabajo.
Con la victoria opaca pero justa, Berlanga quedó con récord invicto de 20-0, con 16 nocauts.
Los jueces votaron a favor de Berlanga 98-92, 99-91 y 99-91, estos dos últimos, al parecer vieron el combate de espaldas. A lo sumo la diferencia fue de 4 puntos.
Berlanga demostró que está muy lejos de la élite.
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