JESUS COVA.
4 décadas de una épica batalla
“…Luego un tremendo proyectil exactamente del tamaño de un puño dentro de un guante penetró hasta el centro mismo de la mente de Foreman, el mejor golpe de esa noche sorprendente, el golpe que Alí había guardado durante toda su trayectoria profesional…Todavía doblado por la cintura en esa postura de incomprensión, manteniendo los ojos fijos en Mohamed Alí, empezó a tambalearse…Cayó como un mayordomo de sesenta años y un metro ochenta de estatura que acaba de recibir trágicas noticias, sí, fue un largo derrumbamiento de dos segundos durante los cuales el campeón caía por partes mientras Alí daba vueltas alrededor de él, formando un círculo estrecho y con la mano preparada para pegarle una vez más, pero no hubo necesidad; fue una escolta completamente íntima hasta el suelo.” (Fragmento de “El combate”, reportaje de Norman Mailer sobre la Ali vs. Foreman).
Con las palabras propiedad del genial maestro del llamado Nuevo Periodismo, que anteceden a estas líneas mías, empiezo por el final -vale decir por el desenlace, y ciertamente no tendría mayor caso agregar otras- esta nota que pretende ser un simple relato de un acontecimiento único y seguramente irrepetible en el ámbito del deporte de los puños tal como lo fue el encuentro que, hace 40 años de un día como el de hoy, protagonizaron dos de los más grandes pesos completos de la historia, el mítico excampeón Muhammad Ali (Mohamed, en español) y el agresivo y potente monarca (se decía de él que tenía instinto de asesino en el ring), George Foreman.
La historia nos cuenta que aquello sucedió en la madrugada, hora local allá, del 30 de octubre de 1974 en el estadio 20 de Mayo de Kinshasa (exLeopoldville), capital de Zaire, hoy República Democrática del Congo, con un aforo para 60 mil personas y cuya capacidad fue superada hasta poco menos que el doble por enfervorizados espectadores, la mayoría de ellos anhelantes de un triunfo para el aspirante, Ali, a quien animaron durante todo el tiempo y con mayor estridencia en los 30 minutos y 58 segundos que duró el combate, al grito de ¡Ali, bumayé!, ¡Ali, bumayé! (¡Alí, mátalo!, ¡Ali, mátalo!).
(Paréntesis necesario: Cuando comencé a escribir me vino a la memoria el conocido y repetido slogan de la desaparecida Viasa, exlínea bandera venezolana: El tiempo pasa volando. Es verdad. Pasa volando: cuarenta años han pasado ya. Y fue nada más ayer…)
«Ali entendía que para ser grande necesitaba de una fuerza exterior … Si peleas por ti mismo, eres tú contra los demás, y esto te motiva, pero nunca será con la fortaleza que Ali tenía. Muhammad peleaba más que por él mismo. Él peleaba por Dios, su misión era muy grande…”(Un reportero de la revista Sport Illustrated)
Pelea épica e inolvidable
Abreviaré para el recuento y el recuerdo. Diré así que las circunstancias preliminares de la pelea, en lo aspecto organizativo, fue el resultado de la habilidad de un promotor entonces en ciernes y que con el tiempo llegaría a ser casi legendario, el expresidiario Don King, el hombre de la cabellera alborotada, quien con ese espectáculo boxístico comenzaba a mostrarse al público de fistiana en todo el mundo.
Virtualmente sin un centavo en los bolsillos, King se las ingenió para “enganchar” en su proyecto al dictador de Zaire, Mobutu Sesé Seiko
EN TIPS
- 300 Millones de personas alrededor del mundo, aproximadamente, siguieron por TV la pelea. La cifra, según se ha dicho, es mayor a la de quienes vieron al primer hombre, Neil Armstrong, pisar la luna el 20 de julio de 1969.
- 137 Combates realizados, con 105 KO, 1 en contra por lado, y 10 tablas totalizaron ambos púgiles en sus respectivas carreras: Foreman, 76- 5-0 con 68 KO; Ali, 56-5-0 con 37 KO. El primero peleó 28 años, el otro 21.
- $ 5 Millones fue la bolsa para c/u, algo inusual pues siempre el campeón recibe mejor paga en un combate titular. Hasta donde sabemos, nunca más ha ocurrido algo similar en el boxeo mundial.
4 décadas de una épica batalla.
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