Una burbuja llamada Francis Ngannou.
Anthony Joshua demostró que en el ring lo lógica tiene sentido demoliendo en menos de 6 minutos al osado aspirante a boxeador Francis Ngannou en el combate estelar presentado en la Arena Kingdom de Riyadh, Arabia Saudita el pasado viernes.
Ngannou, un ex campeón mundial de las Artes Marciales Mixtas, tomó notoriedad el pasado año cuando se subió al ring a enfrentar al monarca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) el controversial Tyson Fury a quien incluso llevó a la lona pero terminó perdiendo por decisión unánime.
Un Fury fuera de forma que subestimó al rival dio pie a esta burbuja creada en torno al camerunés que indudablemente está muy lejos de la élite del peso pesado.
El viernes Ngannou asumió un mayor riesgo ante un Anthony Joshua que hace esfuerzos por mantenerse en la élite para recuperar los títulos que cedió ante Oleksandr Usyk.
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La lógica y en sentido común indicaba que en condiciones normales Ngannou no tenía nada que buscar ante Joshua ni ante cualquier otro boxeador élite de la máxima división. Era simplemente una burbuja.
Cuestión de tiempo.
Un recto de derecha en una guardia vulnerable de un atleta que no está preparado para eso obuses terminó estrellándose en el rostro del camerunés iniciando el combate y su vía crucis en los minutos siguientes.
Ngannou con la mirada perdida se puso de pie obligado a entender que el boxeo es totalmente diferente al deporte donde ha brillado.
Luego de unos breves segundos de estudio Joshua notó que la guardia de Ngannou era totalmente vulnerable.
Ensayó y cobró mandándolo a la lona con una derecha al rostro. Ngannou se puso de pie sobreviviendo al round de apertura.
En el segundo lo esperaba el verdadero vía crucis. Otra derecha en gancho que se estrelló cerca del parietal izquierdo lo mandó de nuevo al tapiz totalmente desdibujado.
Allí debió detener su esquina el combate frente a la evidente superioridad de un rival que no cedió un milímetro.
Segundos después Joshua descargó otra potente derecha en recto que terminó fulminando al osado aspirante, lección suficiente como para sacarlo del circuito.
Las cosas por su nombre. Fue una victoria convincente y categórica pero habrá que preguntarse si con esta antesala le alcanza para vengarse de Usyk y ganarse a Fury.
El dilema existe porque Ngannou no puede ser el mejor ejemplo para decir que Anthony Joshua volvió por la puerta grande, pero si algo tuvo de positiva esta acción, además del jugoso cheque, es que el ex campeón mundial continúa recuperando la confianza luego de aquellos traspiés ante Andy Ruíz y Oleksandr Usyk.
Una burbuja llamada Francis Ngannou.
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