Zhang destruyó a un Wilder sin pólvora ni iniciativa.
La pelea del sábado entre Zhilei Zhang y Deontay Wilder no fue un thriller, pero el momento final fue memorable.
Zhang acabó con Wilder con un par de grandes derechas en el quinto asalto para recuperarse de su reciente derrota ante Joseph Parker y mantenerse en la conversación para una futura oportunidad por el título de los pesos pesados.
La victoria abre las puertas a Zhang y las cierra todas a Wilder quien prácticamente perdió la pólvora y queda sentenciado al retiro tras su segunda derrota seguida. Anteriormente cayó por decisión ante Joseph Parker.
Wilder parecía reacio a soltar las manos y cuando las soltó no ocasionó ningún daño al duro asiático que fue demoliendo con sus duros bombazos.
La potencia que había convertido a Wilder en uno de los pegadores más temidos de la historia del boxeo nunca apareció en el combate, y Zhang obligó a Wilder a pelear de espaldas durante casi toda la pelea.
Wilder fue arrollado por el poder de Zhang y lo fue sometiendo con dureza. El chino demostró esta noche que es granitico y que está de vuelta tras su inesperada derrota ante Parker.
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Zhang hizo una pelea táctica, sin aprovecharse de la pasividad de Wilder, atacó cuando tenia que hacerlo y cuando lo hizo cobró con breves ráfagas.
Zhang conectó un gancho de derecha que pareció separar a Wilder de sus sentidos. Wilder giró y se alejó unos pasos de Zhang cuando conectó un segundo derechazo que envió a Wilder a la lona.
Zhang ahora queda a la vuelta de la esquina para una merecida oportunidad titular. Fue campeón interino de la OMB, titulo que cedió en un rara decisión ante el siempre sorprendente Joseph Parker, precisamente el anterior victimario de Wilder.
Zhang destruyó a un Wilder sin pólvora ni iniciativa.
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