¿Qué viene ahora para Naoya Inoue? Esa es la gran pregunta que muchos se hacen luego de su victoria ante TJ Doheny para defender sus cuatros cinturones de las 122 libras.
A diferencia de muchos boxeadores del continente americano, Inoue es comedido hasta para sus declaraciones, aun cuando esté celebrando una victoria.
A eso nos tiene acostumbrado el «Monstruo» japonés que una vez mas lució imponente ante su rival de turno, quien le brindó un combate inusual, como inusual fue el desenlace del combate.
Un TKO donde no hubo lona.
Sin duda que esta no es la victoria más espectacular de Inoue. Tampoco lo fue la pelea. El estilo de Doheny no facilitó las cosas, pero él, frio y calculador, no se desesperó y fue llevando el combate round por round. Nada que reprocharle. Es humano.
«Lo fui demoliendo poco a poco. Esa fue la clave», dijo cuando se le preguntó por el desenlace.
Y a diferencia de aquellos boxeadores bocones que se quieren comer el mundo con sus declaraciones honró a su rival con respeto y consideración pero tampoco sacó cuentas anticipadas sobre su futuro inmediato, a pesar de que esa es la noticia que está en el ambiente.
¿Qué viene para Inoue?
Tiene varias opciones para escoger:
Cumplir con el compromiso de la AMB y enfrentar al uzbeco Murodjon Akhmadaliev este mismo año, según se especuló o esperar que su promotor internacional Bob Arum lo lleve a Estados Unidos para buscar una de las coronas del peso pluma, que a todas luces parece el objetivo lógico.
También es posible que el nuevo Rey Midas del Boxeo, Turki Alshaikh aunque un tanto improvisado, se empeñe en llevarlo a Arabia Saudita y le proponga un supercombate con mucho dinero en juego.
Todas esas puertas están para abrirse, por lo pronto, por su actividad el «monstruo» japonés puede reposar tranquilo como uno-dos del boxeo mundial.
Es sin lugar una dudas una Leyenda viviente del boxeo moderno.