La poderosa izquierda de Frazier que puso a dormir a Foster

La poderosa izquierda de Frazier que puso a dormir a Foster.

Michael Carbert.

Cuando el ex campeón de los pesos pesados, Joe Frazier, falleció en 2011, fue un golpe inesperado para el mundo del boxeo. Tenía apenas 67 años y el mundo acababa de conocer su diagnóstico de cáncer de hígado.

De repente, se fue, y lamentamos no solo su ausencia, sino también el hecho de que no lo habíamos apreciado plenamente mientras estaba con nosotros.

Esto se sintió con más intensidad en su ciudad adoptiva, Filadelfia, donde en el Museo de Arte de la ciudad se erguía una estatua de un boxeador ficticio llamado Rocky Balboa, mientras que no existía un tributo público para un campeón de los pesos pesados de todos los tiempos que había hecho de Filadelfia su hogar durante décadas.

El legendario Smokin’ Joe merecía algo mejor.

Afortunadamente, aunque de forma tardía, la ciudad puede ahora presumir de una estatua de Frazier, que finalmente fue inaugurada en 2015.

Pero para algunos de nosotros, parece insuficiente, y no solo porque debió haberse colocado años, si no décadas antes.

 Joe Frazier fue una verdadera leyenda del boxeo.

Algo similar se hizo en Detroit con el monumento de la ciudad al gran Joe Louis. Pero esa estatua es del brazo y el puño derecho de Louis, apropiado porque, aunque el «Bombardero Marrón» tenía dinamita en ambas manos, su arma más potente era el golpe de derecha.

Frazier podría haberse presentado con el brazo derecho en un cabestrillo y aun así habría ganado peleas, ya que su brazo izquierdo era tan esencial para su éxito en el ring.

Detroit puede tener la derecha; Filadelfia debería tener un brazo izquierdo enorme y musculoso, levantado a un ángulo de noventa grados, esculpido en granito de Carolina del Sur en lugar de fundido en bronce.

Y al lado de esa estatua, un bucle infinito de video en pantalla grande mostrando a Smokin’ Joe derribando a una sucesión de oponentes con probablemente el mejor gancho de la historia de los pesos pesados.

Los turistas, por supuesto, se asombrarían de los ganchos que derribaron a Muhammad Ali y Jerry Quarry, pero el que haría que la gente se estremeciera y moviera la cabeza es el gancho que terminó el primer y último intento de Bob Foster por conseguir el campeonato de los pesos pesados.

Frazier lanzó una serie de potentes ganchos izquierdos en su carrera, pero ninguno más devastador que el que concluyó, con brutal énfasis, su breve encuentro con el Blitzin’ Bob.

La poderosa izquierda de Frazier que puso a dormir a Foster.

Frazier vs Foster

Antes de su desafío contra Smokin’ Joe, Foster disfrutaba de una racha de 20 victorias consecutivas, casi todas por nocaut, y de una merecida reputación como un pegador increíblemente poderoso, al menos en la categoría de los 175 libras.

Foster ya había incursionado en la división de los pesos pesados y, aunque logró algunas victorias notables, también había sido detenido por Doug Jones y Ernie Terrell.

Esto no auguraba nada bueno para sus posibilidades contra Frazier. Tampoco lo ayudaba el hecho de que el campeón le llevaba 21 libras de ventaja.

Smokin’ Joe se mantenía invicto y venía de lograr la victoria más importante de su carrera hasta ese momento, una detención en el quinto round sobre Jimmy Ellis.

Esa victoria le otorgó un reconocimiento generalizado como el campeón reinante de los pesos pesados, a pesar de que muchos consideraban a Muhammad Ali, quien había sido despojado de su título por negarse a ser reclutado por el ejército, como el legítimo campeón.

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El combate entre Frazier y Foster tuvo lugar en el Cobo Hall de Detroit, la ciudad natal de Joe Louis, y fue transmitido por Wide World of Sports de ABC, alcanzando millones de televidentes, con Howard Cosell como comentarista en ringside.

Y lo que faltó en cuanto a dramatismo, lo compensó con una violencia repentina. Toda la tensión desapareció al final del primer round, cuando ya se hacía evidente que el retador no tenía la fuerza suficiente para mantener a Frazier a raya.

Bob Foster: «Necesitas un .45 para mantener a Frazier alejado.»

En el segundo, Joe fue a por la victoria. Apenas un minuto después, el campeón conectó perfectamente con una versión compacta de su famoso gancho, el golpe casi levantó a Foster del suelo antes de dejarlo en la lona como una de las reses que Frazier solía cargar cuando trabajaba en un matadero de Filadelfia.

Bob apenas pudo superar la cuenta y luego luchó en vano por aferrarse o responder mientras Joe lo arrollaba.

La poderosa izquierda de Frazier que puso a dormir a Foster.

Frazier era un destructor inclemente dueño del mejor gancho de los pesos pesados.

Luego vino el monstruoso gancho, lanzado esta vez con toda su velocidad, amplio, con todo el peso de Frazier sobre él, como un tren de carga atravesando el Cobo Hall y chocando de lleno contra la mandíbula de Foster.

La cabeza del retador se sacudió como un resorte liberado y su cuerpo entero se congeló antes de caer al suelo.

La cuenta del árbitro fue completamente inútil; Foster permaneció en la lona durante un minuto completo. Considerando la potencia de ese golpe final, es asombroso que no haya salido del ring en una camilla.

En menos de cuatro minutos, Frazier había destruido al campeón mundial de peso semipesado vigente, y el brutal nocaut solo incrementó el apetito del público por el combate que vendría unos meses después en el Madison Square Garden de Nueva York.

Allí, dos campeones invictos, Smokin’ Joe y The Louisville Lip, se batirían por la corona indiscutida de los pesos pesados, y el legado único de Frazier quedaría asegurado cuando se convirtiera en el único boxeador en derrotar a un Muhammad Ali en su mejor momento tras una de las peleas más grandes de la historia del deporte.

El gancho izquierdo que derribó a Ali en el último round de ese enfrentamiento monumental es, sin duda, el golpe más famoso que Frazier haya lanzado y es la inspiración para la estatua de once pies que ahora se erige en la Ciudad del Amor Fraternal.

…Pero el gancho que separó a Foster de sus sentidos en esta fecha de 1970 es, por su ferocidad, igualmente digno de conmemoración.

La poderosa izquierda de Frazier que puso a dormir a Foster.

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