Usyk lo volvió a hacer. Venció por decisión a Fury.
Oleksandr Usyk lo hizo de nuevo, derrotando a Tyson Fury por decisión, probablemente poniendo fin a su prolongada rivalidad.
En una pelea muy reñida y difícil, llena de inteligencia y habilidad, parecía que Usyk había hecho lo suficiente, aunque los jueces lo declararon ganador por una amplia ventaja al final.
Los tres jueces, Geraldo Martínez, Ignacio Robles y Patrick Morley, puntuaron 116-112 a favor de Usyk, quien ahora tiene un récord de 23-0 (14 KOs) y retuvo sus títulos de peso pesado de la WBA, WBC y WBO.
Fue tan absorbente como su pelea de mayo, aunque sin ser tan espectacular. No hubo grandes momentos de peligro, ni verdaderos periodos de dominio.
Ante una multitud llena de estrellas en el Kingdom Arena de Riad, con figuras como Ronnie O’Sullivan, Jason Statham, Lennox Lewis, Oscar De La Hoya, Roberto Durán y Wladimir Klitschko observando, Fury entró al ring primero, con All I Want for Christmas de Mariah Carey dando paso a Hypnotize de The Notorious BIG.
Fury intentó hablar con Usyk durante las instrucciones previas a la pelea, pero Usyk simplemente lo miraba fijamente.
Aún así, el inglés salió rápido de su esquina para iniciar la pelea, intentando poner en marcha su jab. El campeón lo esquivaba y buscaba contraatacar. Fury intentó seguir algunos jabs con derechas y, en un momento, lanzó una derecha al cuerpo de Usyk, pero falló el objetivo en una tensa primera ronda.
Usyk golpeaba constantemente el cuerpo de Fury. El inglés llevaba más peso que en la pelea de mayo, y aunque Usyk lo mantenía ocupado con sus manos rápidas y su movimiento constante, Fury lo impactó con una derecha cerca del final de la ronda.
No hubo mucha diferencia entre ambos en la tercera. La actividad de Usyk pudo haber inclinado la balanza a su favor, aunque el jab de Fury pudo haber llamado más la atención de otros.
En la cuarta, Usyk conectó un limpio golpe de izquierda por encima. Fury pasó momentos en la postura de zurdo a medida que avanzaba la pelea, pero desde la postura convencional aterrizó una derecha.
Usyk lo volvió a hacer. Venció por decisión a Fury.
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Fury parecía engañosamente en buena forma y ágil. Conectó un buen uppercut en la quinta, uno lo suficientemente limpio como para hacer que la multitud respirara al unísono. Fury presionó. Impactó una derecha en el abdomen de Usyk.
El mismo golpe golpeó de nuevo momentos después. Usyk respondió con dos izquierdas al cuerpo, pero fue la ronda más clara de la pelea hasta ese momento y fue para Fury.
Siempre en movimiento, Usyk aterrizó molestos golpes en combinación durante la sexta y conectó un fuerte izquierdo con arco, a unos 30 segundos del final de la ronda, que sacudió a Fury. Fue el golpe más fuerte hasta ese momento.
El ritmo se ralentizó en la primera mitad del séptimo, tal vez ambos esperaban su segundo aire, y Fury intentó responder a una izquierda con una derecha.
Fue en la novena ronda donde se produjeron esos dramáticos momentos, con Fury lastimado, contado y, de alguna manera, sobreviviendo a una terrible crisis.
Un par de veces en la novena de esta noche, ahora como retador, Fury lanzó una derecha y golpeó a Usyk. Uno se preguntaba si el Fury más pesado confiaba en su físico, pero sus tácticas de golpear y abrazar interrumpieron el ritmo del campeón.
Ninguno parecía respirar particularmente fuerte en sus esquinas entre rondas, dada su condición y experiencia.
En verdad, ambos tuvieron sus momentos en una apasionante y cautivadora duodécima ronda, pero, como en el resto de la pelea, ninguno dominó.
Fury celebró al sonar la campana, Usyk se arrodilló en oración y se fue a las tarjetas.
Fury, con récord de 34-2-1 (24 KOs), bailó en la esquina mientras su equipo le quitaba los guantes, pero fue una pelea cerrada y el resultado estuvo en el aire.
Fury negó con la cabeza, se encogió de hombros y se alejó después de que se leyó el veredicto.
Usyk lo volvió a hacer. Venció por decisión a Fury.
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