Cacace destruyó a Wood y lo mandó al retiro.
NOTTINGHAM, INGLATERRA – Anthony Cacace ofreció una actuación dominante al destruir a Leigh Wood en el noveno asalto y se encamina a una nueva oportunidad titular en el peso superpluma, mientras que le marcó al excampeón mundial la ruta del retiro.
El combate, que tuvo lugar en el Motorpoint Arena de la ciudad natal de Wood, Nottingham, Inglaterra, solo puso en juego el título menor de peso superpluma de la IBO de Cacace, ya que había dejado vacante su cinturón de la FIB en enero.
Cacace, cuyo récord ahora es de 24-1 (9 KO), posiblemente firmó la mejor actuación de su carrera, obligando al entrenador de Wood, Ben Davison, a tirar la toalla después de dos minutos y 15 segundos del noveno asalto.
Wood, quien cayó a un récord de 28-4 (17 KO), subía desde el peso pluma, aunque no se veía físicamente inferior a Cacace. Se mostró fuerte en las 130 libras, avanzando tras una guardia alta y buscando conectar golpes potentes.
Sin embargo, tras 19 meses fuera del ring, su sincronización estaba desajustada y falló muchos de sus golpes. Cacace, de 36 años, lo castigó y conectó un jab de izquierda que pareció hacerle daño.
También de 36 años, Wood seguía fallando en el segundo asalto, y Cacace continuaba con el castigo, aunque Wood logró conectar una derecha al final del asalto que pareció conmover a Cacace.
El norirlandés agradeció oír la campana segundos después y reconoció el golpe mientras ambos regresaban a sus esquinas.
Cacace subió la intensidad en el tercer asalto y conectó dos duros golpes en los brazos de Wood mientras este retrocedía contra las cuerdas.
Wood respondió bien con una derecha fuerte a la cabeza de Cacace, pero este también reaccionó con un jab que hizo tambalear al peleador local.
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En el quinto, Wood encontró mejor su distancia y conectó su mejor golpe hasta entonces: un gancho corto de izquierda. Cacace lo aguantó bien y cerró el asalto dominando.
En el sexto, Cacace empezó a combinar golpes y logró una ráfaga que pareció herir a Wood, aunque este respondió como de costumbre, lanzando sus propios golpes.
Wood inició el séptimo con mayor determinación, pero Cacace logró conectar desde la distancia.
Aun así, Wood continuó avanzando y colocó una potente derecha que impactó en la cabeza de Cacace, quien negó con la cabeza y contraatacó con una izquierda.
Wood tuvo su mejor asalto en el octavo, avanzando y conectando dos golpes potentes en la corta distancia que obligaron a Cacace a amarrarse.
Al comenzar el noveno, era evidente que Wood comenzaba a sentir los efectos del castigo de Cacace. Ambos ojos estaban hinchados y la sangre le bajaba por la nariz, aunque eso no lo detuvo.
Wood empezó a tambalearse y trató desesperadamente de aferrarse a Cacace para mantenerse en pie. Cacace conectó otra izquierda que lanzó a Wood contra las cuerdas. Cuando el norirlandés fue a rematarlo, el árbitro intervino y consideró la acción como una caída, comenzando la cuenta.
Wood estaba visiblemente lastimado, y Cacace lo sabía. Apenas terminó la cuenta, Cacace lo atacó con todo, golpeándolo de esquina a esquina. Con Wood al borde de ser noqueado, su entrenador Ben Davison tiró la toalla para detener la pelea.
Cacace destruyó a Wood y lo mandó al retiro.
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