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Surgimiento de World Boxing relega a IBA a un segundo plano.


El boxeo olímpico se encuentra en una etapa crucial de redefinición. Tras la expulsión definitiva de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) en 2023, el deporte quedó sin una autoridad reconocida para regir su futuro dentro del Movimiento Olímpico. Lejos de una disputa circunstancial, se trata de una crisis de reconocimiento institucional sin precedentes.

El COI argumentó su decisión en la falta de reformas estructurales en materia de gobernanza, arbitraje independiente y transparencia financiera. Bajo la dirección de Umar Kremlev y con el respaldo económico de Gazprom, la IBA se mantuvo en una línea de conducción autoritaria, cerrada al cambio y ajena a las exigencias del entorno olímpico. Esa negativa a modernizarse selló su destino.

El surgimiento de World Boxing

En respuesta al vacío institucional, se creó World Boxing, una nueva entidad internacional que busca establecer los principios fundamentales de equidad, representatividad y legitimidad dentro del boxeo olímpico.

Su fundación fue impulsada inicialmente por países como Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, y en los últimos meses ha sumado a nuevas federaciones nacionales que han decidido alinearse con un modelo de gestión más acorde con los estándares del COI.

En fechas recientes, varias federaciones europeas, latinoamericanas y asiáticas han sido aceptadas como miembros de pleno derecho, en lo que constituye una señal clara de que la comunidad internacional busca reenfocar el rumbo del boxeo amateur con base en la ética deportiva y la inclusión.

La consolidación de World Boxing avanza paso a paso, aunque todavía enfrenta desafíos estructurales y de representatividad global.

La IBA, en un callejón sin salida

Mientras tanto, la IBA ha quedado relegada a una posición marginal. Sin reconocimiento olímpico, sin respaldo de las principales potencias deportivas y sin autoridad legítima, sus intentos por mantener vigencia —a través de torneos paralelos o propuestas de “mundiales alternativos”— lucen más como maniobras simbólicas que como proyectos sostenibles.

Los jóvenes talentos del boxeo amateur tienen claro que el acceso a los Juegos Olímpicos es clave para proyectar sus carreras y acceder al profesionalismo en mejores condiciones. En ese sentido, el camino institucional que ofrece World Boxing es hoy el único que cuenta con posibilidades reales de garantizar ese objetivo.


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Federaciones indecisas: el reloj avanza

Aún existen federaciones que no han formalizado su adhesión a World Boxing. En muchos casos, la indecisión se debe a factores políticos, vínculos personales con la estructura anterior o temores a represalias económicas. Sin embargo, con Los Ángeles 2028 en el horizonte, permanecer fuera del nuevo circuito olímpico significaría condenar a sus atletas a la exclusión.

World Boxing aún está en fase de consolidación. No se trata de una estructura perfecta ni de una solución automática. Pero su existencia responde a una urgencia real: rescatar el boxeo olímpico de su colapso institucional y moral.

La comunidad boxística espera ahora que esta nueva organización sea coherente con los valores que proclama: equidad, independencia, representatividad y transparencia. El boxeo amateur necesita un entorno donde los atletas, no los intereses políticos o económicos, sean el centro de las decisiones.

La campana ha sonado para una nueva etapa. El ring del boxeo olímpico busca recuperar su legitimidad. Y esta vez, el veredicto final dependerá de los hechos, no de los discursos.


Surgimiento de World Boxing relega a IBA a un segundo plano.


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