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Rey Martínez: Cuando la valentía se convierte en riesgo.


JAIRO CUBA / Editor de Boxeoplus.com

La marca de fábrica del boxeo mexicano, con todo respeto, debe ser revisada. Nadie pone en duda que es el mejor de América Latina y en el Top 3 del mundo, pero los últimos acontecimientos, puntualmente lo sucedido con la pelea entre Román “Chocolatito” González y Julio Cesar “Rey” Martínez, más allá de alabar la valentía y el arrojo del azteca nos ha dejado una gran preocupación que pasamos a explicar.

El prestigio del boxeo mexicano se ha ganado históricamente en el ring. Nadie puede objetar eso, y precisamente por ese sello de fábrica es que muchos cuestionan a Canelo Alvarez, no por su falta de arrojo, sino por todas las condiciones que pone cada vez que tiene que enfrentar a un rival que lo pueda comprometer, pero ese no es el tema de esta nota.

Queremos referirnos puntualmente a lo que hemos visto en varios combates donde la valentía y el pundonor de talentosos púgiles mexicanos se suman a un riesgo incalculable frente a los elogios de gran parte de la crítica especializada, en la cual responsablemente nos incluimos, pero esta tendencia mediática y de gran parte del público, probablemente acreciente el afán de muchos boxeadores en sobreexigirse cuando el físico está en juego.

Aquí cabe perfectamente una frase que pronunció en una de sus conferencias motivacionales el gran campeón mexicano Ricardo «Finito» López cuando se le habló de una tercera pelea ante Rosendo Álvarez.

Su respuesta fue contundente: «Con un millón de dólares no puedo comprarme un nuevo cerebro».


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Y eso fue precisamente lo que acabamos de ver en el combate entre Chocolatito y Martínez donde nos ha tocado presenciar una carnicería que podría traerle graves consecuencias para el futuro al valiente peleador mexicano, que aún tiene un mundo por delante.

Martínez, cuyo slogan es “con todo, menos con miedo” demostró ante Chocolatito de qué está hecho. Se la jugó en todos los terrenos, lo intentó, presionó, pero la clase de peleador nicaragüense siempre estuvo por encima calculando su pelea sin caer en provocaciones mientras el mexicano lo llamaba al combate franco con la guardia abajo.


Desde luego que esto es boxeo y no ballet. Pero tampoco es una corrida de toros. Es un deporte de contacto, donde la estética y la técnica, son parte fundamental.


Ese exceso convirtió un combate de boxeo en un morbo preocupante que muchos aplaudieron…y cabe la pregunta.

¿Por qué Martínez asumió ese estoico papel ante un peleador elite que lo superába abrumadoramente?

Una de las respuestas es la ponderación o el «endiosamiento» que los medios han dado a los púgiles mexicanos, loas, por cierto, que no necesitan, porque esa es su característica. El boxeo mexicano es el mejor de latinoamerica.

La otra es vender su imagen de hombre fuerte como un caldo de cultivo para la TV norteamericana que es donde se consigue el gran dinero, mérito que acaba de conquistar Isaac “Pitbull” Cruz, el “Bronco” Lara y el mismo Martínez, porque a decir verdad quedó bien parado a un precio muy alto para su salud.

 Rey Martínez: Cuando la valentía se convierte en riesgo

Ojalá los golpes de Chocolatito no le dejen secuelas a Martínez para el futuro.

Volviendo con Martínez hay que admitir la realidad que los golpes no son vitaminas y eso deben entenderlo el primer lugar los púgiles, y prioritariamente su equipo técnico y también debemos entenderlo, periodistas, narradores, comentaristas y público en general, siempre ávidos de acción y de un gran espectáculo.

Desde luego que esto es boxeo y no ballet. Pero tampoco es una corrida de toros. Es un deporte de contacto, donde la estética y la técnica, son parte fundamental.

Una cosa es una pelea callejera y otra un combate de boxeo.

Y ejemplo tenemos por miles. Muhammad Ali «volaba como una mariposa y picaba como un abeja», pero cuando decidió exponerse más allá de lo que podía dar terminó perdiendo con un mediocre como Trevor Berbick recibiendo la paliza de su vida heredando las terribles secuelas del Mal de Parkinson.

Lo que vimos en la pelea entre Chocolatito y Martínez fue tétrico, riesgoso y digno de un responsable análisis.

Por supuesto que fue una buena pelea, espectácular para la TV, pero con muy malos presagios para el talentoso Martínez.

Ojalá que tras este combate no surjan otros antecedentes extradeportivos y que el valeroso púgil de Tepito pueda volver por la puerta grande. Tiene cómo y con qué.


Rey Martínez: Cuando la valentía se convierte en riesgo.


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