El excampeón mundial del peso pesado, Gerrie Coetzee falleció a los 67 años en Sudafrica víctima de un agresivo cáncer, informó su hija Lana Coetzee, dejando un legado importante también por su lucha contra el absurdo apartheid.
Conocido como el «Bombardero de Boksburgo», Coetzee fue campeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y concluyó su carrera con registro de 36-6-1, 21KOs en campaña realizada entre 1974 y 1977.
Coetzeee sobresalió en la actividad con un gran mérito en medio de pleno apartheid en su país de origen, sin embargo pudo sobreponerse a esa absurdo boicot racista de la época y se abrió paso internacional conviertiéndose en monarca en una epoca muy complicada conquistando el título de la máxima categoría noqueando en diez rounds al estadounidense Michael Dokes en septiembre de 1983. Perdió el título en su próxima pelea contra Greg Page.
Antes había noqueado al ex campeón Leon Spinks en el primer asalto de una pelea que tuvo lugar en junio de 1979 en Fontvieille, Francia. Coetzee derribó a Spinks a la lona tres veces antes de que se detuviera su pelea, lo cual le convirtió en un clasificado contendiente de la división.
El púgil, de 1,90 m de estatura siempre fue un firme opositor a las políticas de segregación, y en 1979 declaró a The Washington Post que «la gente debe ser tratada por sus méritos y no por su raza o color».
«Siento que lucho por todos, blancos y negros«, declaró Coetzee. «Lo que realmente me hace feliz es que la gente negra, morena y blanca me acepte como su luchador».
A Coetzee le sobreviven su esposa, Rina, tres hijos y siete nietos.
