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“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear.

JESUS COVA.-

No es cuestión de rutina  encontrar y revisar un récord profesional tan brillante e impresionante como es el del boxeador que paseó su gloria en el ring con el nombre de “Sugar” Ray Robinson, Walker Smith Jr. en la pila de bautismo, y quien el pasado lunes 3 de mayo, cumplió 100 años de haber nacido en Ailey o Vidalia, Georgia o en Detroit, Michigan (en su autobiografía RR dice que fue allí), criado en Harlem, Nueva York y conceptuado por una inmensa mayoría de los entendidos como el más grande púgil de todos los tiempos en la ya longeva existencia del deporte de los golpes, cuya génesis se remonta a Egipto o Abisinia hace unos 7 mil años, según los historiadores.

Esos entendidos estiman que no ha habido jamás en el boxeo alguien que haya estado más cerca de la perfección con un par de guantes como  Robinson, juicio que se sustenta en estas credenciales: Designado “El Mejor Boxeador del Siglo XX” por la agencia de noticias AP, hace unos años, y “El Mejor Boxeador de la Historia” por la cadena ESPN, el “Mejor Peleador Libra por Libra de Todos los Tiempos” por la revista especializada The Ring y además, por si tantos pergaminos no bastaran, calificado también el Mejor Libra a Libra de cualquier era sobre un cuadrilátero por tres personajes que el mundo conoce y recuerda por los nombres de Joe Louis, Muhammad Ali y Sugar Ray Leonard. Nada más y nada menos.

El segundo, Ali, por cierto, y sirve la ocasión para citarlo, declaró en alguna oportunidad que 2/3 de su manera de pelear había sido copiada de Robinson y una tercera parte de Jack Johnson y de un luchador del pancracio que solía pronosticar, como él, el round en que acabaría con el adversario.

Invicto en amateur: 85-0 con 69 nocauts

Comenzó a los 14 años en el boxeo, cuando vivía en el barrio de Harlem, después de que su padre, un jornalero del algodón, del maní y del maíz, Walker Smith senior, llevó a la familia de Ailey a Detroit y cuando sus padres se separaron Robinson se fue con su  madre y sus dos hermanas mayores, Marie y Evelyn, a la Gran Manzana.

Para ingresar al club atlético  de Harlem, donde vivió desde los 12 años, debía tener por lo menos 16 años y por eso tomó “prestado” el carnet de un amigo llamado Ray Robinson. Acerca de este episodio se ha dicho también que en realidad sucedió cuando  fue inscrito así en un torneo de boxeo en reemplazo de un muchacho que no se presentó donde se montaban las peleas.

El hecho concreto es que Smith (aun cuando en su récord de aficionado sí figura con su apellido paterno) pasó a ser Robinson, Ray Robinson a secas. Y así se quedó para siempre.

Desde que subió por primera vez a un ring  mostró una calidad por encima de lo  común. Tanto fue así que en 85 peleas jamás fue vencido y ganó 69 de sus combates por nocaut, 40 de ellos en el primer asalto.

Redondeó su paso por el amateur con  los títulos pluma y ligero en el renombrado torneo nacional Guantes de Oro (Golden Gloves) en 1939 y 1940, cuyo Salón de la Fama fue inaugurado con Sugar, naturalmente, en el primer grupo de exaltados.

Se dice que el apodo de Sugar le llegó desde esos años en el aficionado. Y también como con su nombre de batalla, el del alias tiene dos versiones. Una dice que se lo debe a su entrenador de los comienzos y de siempre, George Gainford, quien dijo de su estilo de pelea que era “dulce como el azúcar”.

Otra versión, más romántica si vale el término, sostiene que el apodo se lo endosó  una señora que luego de verlo pelear lo abrazó cuando iba hacia el vestidor y le habría dicho, oída por curiosos, que “tú eres muy amargo en el ring, pero como un dulce, como el azúcar,  por tu  manera de pelear”.

OTRAS CRÓNICAS DE JESUS COVA:

Su primer KO, vencido por el calor

Robinson realizó 202 combates profesionales en 25 años y un mes sobre la lona desde su debut en el rentado el 4 de octubre del 40 ante un tal Joe Echevarria, a quien noqueó en dos vueltas, hasta su adiós el 10/11/65 frente a Joey Archer, con el cual perdió a los puntos.

En esos 5 lustros ganó algo más de  $4 millones, una suma fabulosa para la época, que le permitió vivir decorosa aunque no holgadamente, hasta su muerte hace 32 años, exactamente el 12 de abril de 1989 aquejado por el Mal de Alzheimer y otras dolencias, en Culver City, California.

“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear.


“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear  

El mejor de la historia.

En su largo caminar sobre la lona en escenarios de EEUU y de Europa acumuló 175 victorias, de las cuales 109 antes del límite, con 6 tablas, 19 reveses y 2 no contest.


Lo más asombroso: solo cayó por nocaut, técnico, en una ocasión, el 25 de junio del 52. Ese pleito está inscrito en el boxeo con ribetes muy singulares: Robinson fue campeón mundial en los pesos welter y mediano y luchó por una faja en 20 ocasiones con 16 triunfos. Ganó su primer título, el welter, con un triunfo sobre Tommy Bell en 1947 y en su primera defensa el 24 de junio del 47 noqueó a Jimmy Doyle en Cleveland, y el retador murió un par de días después por el castigo recibido.

Luego de 4 exitosas defensas, la última ante Charles Fusari, subió al mediano y noqueó a LaMotta en febrero del 51. Lo perdió en Londres con el inglés Randy Turpin y lo recobró en el Polo Grounds. Lo retuvo frente a Bobo Olson y Rocky Graziano y luego del traspiés –que contaremos más abajo, ante Maxim–, buscó de nuevo la faja mediana y la ganó contra Olson. Pierde con Fullmer, la retoma frente al mismo Fullmer, pierde y gana con Basilio, hasta perder definitivamente el cetro con su coterráneo Paul Pender, que lo batió nuevamente en la revancha, todo entre los años del 57 al 60.

Es tiempo de contar su fallido intento de ganar el título del medio pesado ante Máxim aquel mencionado 25 de junio de 69 años atrás, hecho que merece ser narrado con detalles:.

El escenario fue el llamado Templo del Boxeo de la época, el Madison Square Garden, en una refriega en que le daba ventaja en el peso al campeón Joey Maxim.

Robinson atesoró una buena y clara ventaja a los puntos hasta el round 13, con su estilo de moverse sin pausas, mientras golpeaba a distancia al rival y en los cuerpo a cuerpo, mientras Maxim lucía impotente ante un contendor a todas luces superior.  Sin  embargo, un favor externo le ayudaría a conservar su corona: la temperatura de más de 40 grados en el local neoyorquino. Aquel calor de mil demonios “fundió” a Robinson, quien se quedó sentado en la banqueta, deshidratado, en el penúltimo de los 15 asaltos.

Es histórico que en esa pelea actuaron dos árbitros, Ruby Goldstein el primero, también “frito” por lo elevado del termómetro, y quien fue reemplazado a mitad del combate por Ray Miller. Algo semejante no había pasado antes ni ha sucedido después, en los anales de fistiana.

“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear.

Los grandes rivales

Seguramente entre quienes leen ahora abundan los que vieron en el cine el film dirigido por Martin Scorcese, El Toro Salvaje (con Robert De Niro en el rol protagónico), que relata la vida de Jake LaMotta, quien en la vida real fue el más encarnizado rival de Robinson entre las cuerdas.

“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear  

Uno de sus combate ante su archienemgigo, Jake LaMotta.

Fue LaMotta el primero que pudo detener el paso victorioso de Robinson luego de que este había alcanzado 40 victorias al hilo. Lo superó en una pelea de revancha (Robinson ganó la primera el 2 de octubre del 41) el 5 de febrero del 43 en Detroit, pero en tres encuentros más entre ambos la mano en alto fue la de Sugar, la última por kot en trece tramos en Chicago, el 14 de febrero del ’51 en discusión del vacante cetro mediano de la NBA, hoy AMB, versión que dominó también en el peso welter…

Desde aquella frustración ante LaMotta de febrero del 43 Robinson no supo a que sabía la derrota hasta su citada e histórica confrontación con Maxim, 8 años más tarde, lapso en los que compiló 55 triunfos por nocaut, 24 por las tarjetas y 2 empates en 81 pleitos.

Además del italo-estadounidense LaMotta (en cierta ocasión dijo a los periodistas que “he peleado tantas veces con “Sugar” que no sé cómo no tengo diabetes”), otros enemigos de relieve en la carrera de Robinson fueron Carmen Basilio, el hawaiano Carl Bobo Olson y Gene Fullmer. Frente al primero dividió honores en dos explosivas batallas el 23-9-57 y el 25-3-58, memorables y durísimas, con balance de 1-1 ambas por decisiones divididas, ganada la primera por Basilio.

“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear  

Frente a Kid Gavilán.

Olson fue su “papita” pues lo doblegó tres veces por KO y por puntos en una cuarta, mientras que ante Fullmer perdió dos (años 57 y 61), ganó una por kot5 (1957) y entabló otra. También merece ser incluido en el grupo al que se midió el gran boxeador cubano Gerardo González (Kid Gavilán) contra quien libró dos candentes combates, uno por el cinturón welter, con balance favorable para él, sin poder siquiera tumbarlo en 25 rounds.

El inglés Randy Turpin fue igualmente un duro enemigo. Perdió la faja mediana con aquel por decisión, en Londres, el 10 de julio de 1951, y dos meses después, luego de haber declarado que el título “está prestado”, lo noqueó técnicamente en el Polo Grounds de NY, en una recia batalla de 10 rounds y recuperó el trono mediano..

Era comprensible que por mandato del calendario Robinson empezara a declinar ya a mediados de los 60, en los que acumuló la mayoría de sus 19 derrotas. Así, en diciembre del 65 anunció al mundo su retiro definitivo (en el 52 se despidió por un par de años luego de su caída debida al calor) después de haber sido vencido un mes antes por Joey Archer en Pittsburgh, en  10 episodios.

Hemos  podido ver un par de videos, borrosos ya, de Sugar Ray Robinson, un cierto  Walker Smith. Damos fe de que ni antes de eso, ni después, hemos visto a otro boxeador que se desplace en un ring con la elegancia y la gracia, la agresividad e  inclusive la ferocidad, con un preciso  y tan magistral manejo de la distancia, del uso del gancho, del directo, del “upper” y del jab, de la  manera en que lo hacía este non plus ultra de fistiana, quien fue finalmente abatido hace 32 años, como apuntamos antes, el  12 de abril de 1989, por la diabetes y el Mal de Alzheimer, y quien además del boxeo dedicó una pequeña parte de sus últimos años al séptimo arte y del espectáculo en roles intermitentes, en distintos países de Europa y en su propia tierra (boxeando y actuando), lo que hizo, acompañado de una alegre comparsa de 13 amigos y  decenas de empleados, en  el doble rol de bailarín y cantante. Por supuesto, todo lo hecho en la escena sin el inimitable e inigualable brillo, con el que deslumbró sobre el cuadrilátero.

No podía ser así, de ninguna manera. Porque él, Walker Smith junior o, mejor, Sugar Ray Robinson, solo había nacido para pelear hace ya cien años, cumplidos hace unos pocos días.

“Sugar” Ray Robinson: Nacido para pelear.

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