Luego un lento arranque con mucha acción pero sin la notoriedad de las grandes peleas, finalmente este fin de semana se produjo la explosion boxística de 2024 donde estuvieron en juego varios títulos mundiales.
Las acciones calientes comenzaron el viernes con dos espectaculares combates. En Glendale, Arizona, Seniesa Estrada y Yocasta Valle brindaron un excelente espectáculo y ratificaron una vez mas, la buena salud que vive el boxeo femenino, dejando la escena caliente en el mismo ring para el enfrentamiento entre Oscar Valdez y Liam Wilson, un combate que quedó definido al estilo mexicano: fuerza y coraje.
Las Vegas fue el escenario para el estreno oficial de una nueva plataforma digital de difusión Prime Video con la empresa Premier Boxing Champions, que definitivamente se ha especializado en hacer muy buenas carteleras, tan buena fue esta última que es la que merece extensos comentarios porque lo que vimos este sábado nos permite exponer varias apreciaciones.
En primer término referirnos al combate donde el mexicano Julio Cesar “Rey” Martínez expuso y retuvo su faja ante el venezolano Angelino Córdova, un combate intenso que quedó definido por las dos caídas que sufrió el venezolano en el tercer round, de lo contrario, al decir de las tarjetas oficiales, Cordova habría destronado a Martínez o al menos asegurado un empate.
De cualquier manera podemos admitir serenamente el resultado, respetando la jerarquía del campeón.
Luego de esa dura batalla, cuando muchos apostaban por un combate aburrido surgió el golpe preciso del veterano cubano Erislandy Lara para liquidar a un discreto Michael Zerafa.
El de Guatanamo, que ya no es boxeador defensivo ni se mueve como antes, pasó magistralmente una izquierda de Zerafa (detalle poco notado) para soltar su derecha y rematar con la izquierda salvando su faja de las 160 libras con 40 años a cuestas.
Con ese sabor de nocaut subieron el ring el mediático Rolando Romero y el retador Isaac “Pitbull” Cruz para un combate cuyo resultado estaba cantado, a menos que ocurriera una sorpresa.
La realidad tangible es que Romero es un peleador inflado, con ciertas habilidades y herramientas, pero producto del absurdo morbo que en gran mayoría captura al fanático.
Romero -hagamos historia- ha ganado dos títulos interinos de manera controversial: Jamas venció al dominicano Jackson Mariñez cuando disputaban el ligero interino de la AMB y tampoco lo hizo en la misma condición cuando enfrentó al venezolano Ismael Barroso, valiéndose de una detención irregular para quedarse con la faja de las 140 libras.
Cuando le ha tocado lo duro, ha visto al diablo (Gervonta, Barroso y Cruz), sin embargo, por su condición física, altura y pegada se pudo pensar que podia frenar a un frontal Cruz.
Mejor sin duda, habría sido combatir con Ryan Garcia, un combate entre dos peleadores del mismo nivel y de las mismas características.
El comentario mayor de esa gran cartelera ocurrió en el combate estelar, que fue sangriento, morboso e injusto, donde también se conjugaron los mismos factores de siempre para favorecer de manera descarada al llamado lado A de la ecuación.
Tim Tszyu peleó con la cabeza rota durante diez rounds, con la vista nublada por la sangre y con todo y eso pudo ser mas efectivo que Sebastian Fundora, que aunque hizo su mejor pelea desde que es profesional, no mereció el triunfo.
Finalmente en Los Angeles, Gilberto “El Zurdo” Ramirez marcó un hito al convertirse en el primer monarca mexicano del peso crucero venciendo por decision al opaco Arsen Goulamarian.
Al final un balance positivo para el boxeo mexicano que le permite anexar dos nuevos titulos y conservar uno.
